Primero que todo, me refiero a lo adulto como aquello que tiene contenido para adultos de índole sexual pero que éste, aún teniendo una relevancia en la trama y en el contexto, no es el centro del argumento de la obra literaria o cinematográfica. Esto es lo que diferencia a Juego de Tronos donde las escenas sexuales abundan por despecho, por lujuria o incluso por falta de piedad, de obras como las Cincuenta sombras de Grey. La primera es una obra cuyo género es la fantasía y cuyo centro es el desarrollo de personajes y las tretas políticas de un mundo antiguo, en el cual, el sexo es un elemento vital (como en todas las épocas). Por ello, en éste, eliminar el sexo sería quitarle verosimilitud a la historia y suavizarlo, cambiar su esencia y carácter, que dicho sea de paso, es ser cruda como en todo buen exponente del género Grimdark. La segunda saga, la de las cincuenta sombra, es una historia cuyo centro son las relaciones sexuales consentidas entre una mujer inexperta y un hombre demasiado experimentado y traumatizado, por medio de un contrato para el sadomasoquismo y demás. La esencia de esta historia está en el morbo que genera dentro de un ambiente que busca ser romántico en la superficie, pero perverso en el fondo (que no es para nada malo, pero sí bastante diferente).
Mucho más que comparar calidad de obras o qué es mejor, este artículo es para usar ambas obras como ejemplo para hacer una distinción. Una muy importante, pues hay aún personas de ultraderecha a las que el menor tinte erótico les da por calificar como pornográfico y condenar a una hoguera, mientras la izquierda extrema quiere incluir porno hasta en literatura infantil. Estos términos no son intercambiables y el género romántico tampoco los implica. Así, es bueno diferenciar:
- Romántico: es una historia donde el conflicto principal se centra en el desarrollo de una relación de pareja. Puede carecer de contenido erótico o pornográfico tanto como contenerlos. Aunque la mayoría de las personas asume que el romance inevitablemente caerá en el sexo, esto no es cierto, pues depende mucho de la edad de los personajes, el contexto y por supuesto, la intencionalidad del autor. En las historias de romance no necesariamente se busca el climax sexual, sino que también puede ser una obra enfocada en cómo los prejuicios y estatus quos generan tensión en una relación romántica. Si no me cree, léase Orgullo y prejuicio de Jane Austen.
- Erótico: es una historia cuyo objetivo es el erotismo o bien, excitar al lector o espectador. Es un género cuyo conflicto puede estar en relaciones de pareja por lo que puede tener tintes románticos, pero que también puede prescindir de estos y enfocarse en relaciones casuales o sencillamente en situaciones eróticas que no impliquen una relación real entre los personajes como el voyerismo, el onanismo o el exhibicionismo. Su conflicto se centra en la experimentación. Una obra puede estar cargada de erotismo sin siquiera tener sexo, aunque muchas personas crean que no. Un ejemplo son varios de los relatos que escribió Almudena Grande en Modelos de mujer, relatos que si bien no tenían sexo ni siquiera implícito, estaban por lo regular bien cargos de erotismo valiéndose de tan solo los pensamientos y la sutil apreciación de los sentidos.
- Pornográfico: es una historia cuyo objetivo también es excitar, pero no con erotismo ni evocación de emociones o sensaciones, sino con morbo y por morbo entiéndase: sexo explícito, desenfrenado y franco, que por lo regular explora los límites de la sexualidad humana. Estas son historias en las que la cama no escucha un «te quiero» ni mucho menos un «te amo», aunque puede haberlos (si es que hay cama). Son historias que relatan el sexo como medio para obtener placer y placer en grandes cantidades. Pueden tener tintes románticos que se diluyen a la hora de entrar en escenas sexuales, las cuales suelen ocupar la mayor parte de la trama y desarrollar el conflicto, que en muchos casos es «qué tan lejos se puede llegar?» o «se saciará o no?» o «aguantará tanto placer?»…. ustedes entienden. Aunque las Cincuenta Sombras de Grey de E.L. James sea una obra con un marco romántico, la verdad es que la mayoría de las escenas se centran en actos sexuales explícitos y en las actividades sexuales llevadas al extremo. La mayor parte de los conflictos tienen lugar por medio del sexo y los detalles eróticos son adornos y no ocupan el centro de dichas escenas. Por ello, clasifico más a esta obra como pornográfica y para los que no lo sabían, la literatura también puede ser llamada pornográfica, aunque sé que muchas personas querrán decir que no, pero más por el argumento de no querer admitir que disfrutaron una obra de dicha estirpe. En cine, las películas pornográficas tienen planos directos hacia los genitales y magnifican las expresiones faciales a placer o dolor extremos. En literatura, se utilizan descripciones explícitas y llanas, sin metáforas de escenas mecánicas y cargadas de placer.
- Adulto: se considera adulta una historia cuyo contenido no es apto para menores, independientemente de la índole del contenido en cuestión. Si bien, lo más común es que el contenido sea sexual, violento o con lenguaje soez para dar esta etiqueta a una obra, la sola temática puede ser muy compleja y madura como para dirigirse al público adolescente. Historias sobre dos personas destrozadas por su pasado y que intentan rehacer sus vidas a pesar de sus problemas y traumas, puede resultar aburrida para una persona que no tenido experiencias en el amor todavía, pero sumo interesantes para una persona madura, aún si no tiene escenas de sexo implícito o explícito. Esta sería romántica y adulta, pero ni sería erótica ni pornográfica.
Es bueno destacar que el género pornográfico (no la pornografía) no es malo, ni en literatura, ni en cine. Son géneros que retratan una parte de nosotros que en verdad está ahí y que queramos admitir o no, nos gusta. El sexo es parte esencial de la vida humana e historias que buscan enfocarse en ésta son, queramos o no, necesarias. Sin embargo, soy de esos que prefiere una historia en la que el centro no sea el sexo, pero en la que esté y sea importante, aunque no me importaría leerlas y disfrutarlas igual (he leído ya obras de la sonrisa vertical que son como mínimo eróticas y pienso leerme al Marqués de Sade). Me gusta primero conocer a los personajes y sus destinos antes de poder sentir empatía por ellos cuando desarrollen sus motivos de su deseo por otro o cuando busquen sencillamente descargar la presión de la trama sobre sus hombros por medio del sexo. Esto hace humanos a los personas y hace dichas escena importantes para el lector y no solo mero morbo y exhibicionismo a manera de fanservice.
Otro detalle: me opongo rotundamente a que el material homosexual sea considerado adulto si no tiene sexo o tintes eróticos. Muchas asociaciones conservadoras clasifican libros con protagonistas homosexuales como adultos aún cuando su contenido bien puede ser manejado por adolescentes o pubertos. Si no hay contenido sexual, si no hay lenguaje soez, si no hay violencia y sobre todo, si la trama es ligera, debe estar al alcance de los jóvenes, pues a fin de cuenta, la homosexualidad es propia de cada persona y un libro o película cambiará eso. Al contrario, solo le privamos a esas personas de material que de seguro querrían leer.