Hace años que abandoné este blog, estas tierras, sin dar una razón concreta. Lo hice por falta de tiempo, cuando inicié mi proceso de residencia médica en anestesiología, el cual me absorbió por completo. Sin embargo, me he visto en la obligación de volver, pero no para ser leído, sino para tener donde descargar todo lo que he guardado desde entonces y más últimamente, con respecto al CoVid-19. Sé que lo correcto sería hablar primero de qué es el CoVid y por qué el número 19, pero no es de lo que quiero hablar hoy. Esas cosas las dejaré para otro momento, como también pienso hablar de las teorías que tienen su propia pandemia en internet. Hoy deseo hacer una crítica a la cuarentena que se ha llevado a cabo en mi país, la República Dominicana.
La cuarentena es una medida de aislamiento social para prevenir la propagación de una enfermedad contagiosa. Por lo regular, se aísla o se pone en cuarentena a los sujetos enfermos, para que estos no puedan tener contacto con los sujetos sanos. De esta manera, las personas sanas pueden continuar sus vidas y labores de manera normal. Sin embargo, debido a que el CoVid-19 es un virus con un periodo ventana muy amplio (cantidad de días en los que porta le virus pero no se presentan síntomas) y a su alta contagiosidad, se debe poner en cuarentena a todo la población. De esta manera, en muchos países, se ha conseguido aislar no solo a los enfermos, sino también a los que aún no han desarrollado síntomas y los que nunca los desarrollarán (portadores), pero que si pueden transmitir la enfermedad a otras personas. La idea de esto es que, para cuando se vuelvan a reanudar la actividades, todos los individuos hayan dejado de ser contagiosos, independientemente de que haya presentado síntomas o no.
El objetivo de toda esa palabrería de arriba es analizar si las medidas tomadas por el gobierno dominicano tienen algún sentido. Spoiler: en lo absoluto. En primer lugar, las cuarentenas funcionaban por su concepto base: cuarenta días. Este tiempo, aun si se está basado en numerología y preceptos pocos científicos, resulta adecuado o, mejor dicho, resultó adecuado en la mayoría de las enfermedades contagiosas. Ene l caso del CoVid, este virus es contagioso durante una gran parte del período de ventana, que dura de 10 a 14 días, durante la siguientes dos semanas de manifestaciones clínicas y hasta por los 18 a 30 días de convalecencia después de resuelto el cuadro. Si sumamos, sería unos 42 a 58 días, aproximadamente. El gobierno dominicano inició las medidas de la cuarentena (ya de eso hablaré después) el día 17 de marzo de 2020 y estableció, en primera instancia, un periodo de 15 días. Esta medida era inútil, puesto que pasado esos quinto días, habría pacientes retornando a sus labores aún siendo portadores y los que presentaron síntomas estarían en los hospitales sin estar correctamente aislados. Luego se extendió por otros diez día y luego 17 días más, recientemente, por lo que, al menos, parcialmente de reivindicó, pero léase bien, PARCIALMENTE.
Digo parcialmente porque, en mi opinión, muy poco de lo hasta ahora hecho, puede decirse que ha servido de algo. De hecho, diría que algunas medidas son, incluso, contraproducentes. En lugar de un aislamiento total, el gobierno optó por un toque de queda a partir de las 5:00 pm. Sé que esto puede parecer una medida inteligente y «gradual», pero después de observar bien los resultados de ésta, se ve la falla claramente. Tenemos un población poco educada que ahora debe quedarse en casa todo el tiempo, salvo para obtener insumos y provisiones. Esta misma población, ahora no solo consume más comida, sino que también debe obtener tales provisiones entre las 8:00 am y las 4:00 pm. Este pánico colectivo más el poco tiempo disponible para las compras, hace que todas las personas acudan a estos sitios al mismo tiempo, se conglomere y, por supuesto, creen focos de contagio. Si alguien ha visto las noticia, habrá notado que lejos de distanciamiento social, lo que se ha conseguido es todo lo contrario. La gente está más amotinada que nunca. Las farmacias, los supermercados y los bancos están abarrotados con filas (yo los llamaría tumultos) que se extienden por cuadras enteras. Y es que se trata de un principio lógico, si una cantidad de personas tiene que suplirse en un menor tiempo, el flujo de clientes tendrá que aumentar.
Analicemos otro aspecto de esta medida: fue oportuna? La respuesta simple es no, a pesar de que reconozco lo difícil que es tomar decisiones en estos aspectos a nivel político. El CoVid-19 es la nueva cepa del coronavirus y se numeró con un 19 porque se detectó en 2019, específicamente, a mediados de octubre y principios de noviembre de ese año. La epidemia se reveló en los primeros días de enero con las medidas adoptadas por el gobierno chino. No llegó a Europa hasta mediados de febrero, mientras que para finales, hubo casos en los Estados Unidos. El primer caso sospechosos en la República Dominicana fue el primero de marzo, en un extranjero. Y si, hablo del paciente cero de este país, un turista italiano. Hubo meses para tomar medidas, para restringir el acceso desde otros países, para capacitar hospitales, para obtener insumos, para preparar el personal de salud y la población, pero no. Las medidas no iniciaron hasta 17 días después del primer caso. Todos los individuos que estuvieron en contacto con el paciente cero y demás portadores, tuvieron tiempo suficiente para iniciar síntomas. Pudo haberse cerrado el país con tiempo, pudo haberse realizado un aislamiento de 24 horas de inmediato, pudo haberse usado los policías para hacer llegar las provisiones o extenderse los horarios de los supermercados a las 24 horas para espaciar los clientes unos de otros. Se pudo, pero no se hizo.
Otro dato importante es que sé bien que la medida de la cuarentena, en el caso del CoVid-19, era más para reducir la velocidad de la propagación de la enfermedad, haciendo más manejable el flujo de paciente y, así, tener recursos limitados suficientes, como los ventiladores mecánicos, para manejar los casos y reducir la mortalidad. Esto también fue un despropósito, puesto que la amotinación en bancos y supermercados está generando lo opuesto. Otro detalle es que nadie reparó en obtener más ventiladores hasta un mes después.
Sé que, en este punto, algunos dirán que las medidas no fueron tan malas, puesto que tenemos estadísticas modelos a nivel mundial. Tenemos más recuperados que fallecidos y contra toda predicción y a pesar de haber empezado tarde, la curva de contagio de nuestro país fue mucho menor, no solo a la que se pronosticaba sin medidas, sino también, la que se pronosticaba con las medidas, en base a los países desarrollados. Solo hay que pensarlo, hablamos de que un país en vía de desarrollo, sin usar medidas a tiempo, con un sistema de salud subdesarrollado y con una población poco educada, logró lo que ningún país del mundo. O el pueblo dominicano es resistente al virus o los datos que se están publicando son falsos. Debido a que los dominicanos se están muriendo en NY, sin distinción, pienso que la segunda opción es más probable. Y esta es otra medida tomada por el gobierno. Un gobierno, ante una epidemia, puede hacer tres cosas: minimizar la situación, presentarla tal cual o maximizarla. Es bien conocido que, por desgracia, la mayoría de los gobiernos opta por la primera opción, presentando menos casos de los reales con el dudoso objetivo de mantener la población en calma y evitar el caos. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de veces, esto se hace para aparentar que el trabajo del gobierno es óptimo. Si hay pocos casos, se está haciendo un buen trabajo. El problema es que si vas a mentir, hazlo bien. Si eres un estudiante de D, no saques, de repente, un 100 perfecto. Sé, aunque sea, verosímil y publica una B. Si se entiende la analogía, entenderán porque no puedo aceptar los números de Salud Pública.
Y como estaba RD para finales de marzo? 1284 casos confirmados.
Se preguntarán porque eso importa. Es simple: al minimizar el problema, la población normal no lo procesa adecuadamente y comete imprudencias, como no acatar las medidas de seguridad. Pero piensen en la población no educada como niños pequeños. Para estos, lo mejor es maximizar el problema para usar el factor miedo y conseguir una respuesta rápida. Exacto, como inventar un monstruo peligroso para que no anden por las calles de noche. Con una población educada, presentar la verdad es suficiente. Pero no fue el caso. Por eso tuvimos vídeos de personas desafiando a las autoridades y 1011 personas violando el toque de queda, tan solo el día de ayer. Acepto que no se puede pedir mucho de las personas que hacen estas cosas, pero ellos son los que no se educaron, el gobierno debería tratarlos como tal. Si se sabe que la población es analfabeta, maximiza el problema para conseguir que la población acate las medidas. Ya no podrás exigirle que razonen, pero puedes abogar al miedo.
La última medida que voy a criticar, en este artículo, es monetaria. En vez de usar dinero para la crisis, parece que es más oportunismo. Sobrevalorar los insumos, camuflar donaciones como compras, aprovechar la situación para defalcar las arcas comunales con la excusa de que es para solucionar la crisis. No me tomen a mal, pero solo del fondo de pensiones, se tomaron 650 mil millones de dolares, sin contar lo que se tomó prestado al banco mundial, las donaciones y los demás préstamos. Mi pregunta es: donde está ese dinero? No hay mascarillas, faltan ventiladores, no hay ropas suficientes para el personal médico, la mayoría de los centros están en condiciones precarias, el medicamento no llegó hasta hace poco. Donde está ese dinero, ¿por qué no se publica, de forma transparente, el gasto de tantos recursos? Cada quien comente en los comentarios su opinión. La mía está más expuesta.
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